jueves, 7 de noviembre de 2013

ELEMENTOS DE PROTECCIÓN PERSONAL (protectores auditivos)



                                                                             Ruidos


Se define a ruido como una perturbación sonora compuesta por un conjunto de sonidos de amplitud, frecuencia y fase variable, cuya mezcla suele provocar una sensación sonora desagradable al oído.
A la hora de definir al ruido nos encontramos con que es susceptible de una dualidad de enfoque en su enunciado. Por una parte, la sensación se produce en el ser humano nos conduce a la expresión subjetiva de su definición, y por otra, una definición objetiva implica una aproximación al tema como fenómeno físico.
Dentro de las definiciones subjetivas encontramos, entre otras, aquellas que lo presentan como “sonido no grato” o “combinación de sonidos no coordinados que producen una sensación desagradable” o aquella más amplia que lo identifica con “cualquier sonido que interfiera o impida alguna actividad humana”
La vertiente subjetiva del ruido se manifiesta más claramente en el hecho de que una persona “siente” menos el ruido que aquella que no fue “avisada”. Esto se debe en la posibilidad de actuación de los músculos del oído medio, limitando la recepción sonora.
Desde el punto de vista físico, el ruido consiste en un movimiento ondulatorio producido en un medio elástico por una vibración. El desplazamiento complejo de moléculas de aire se traduce en una sucesión de variaciones muy pequeñas de la presión; estas alteraciones de la presión pueden percibirse por el oído y se denomina “presión Sonora”                                                                                                     
Comúnmente se define ruido como un sonido indeseable. Consideramos ruido a todo sonido que por sus características, resulta desagradable, produce cansancio y en algunos casos hasta daños al oído.
No es posible medir objetivamente cuál es la molestia que nos producen distintos tipos de ruido, dado que la concepción subjetiva del ruido puede variar entre personas. Nuestras reacciones dependen no solo de las fuerzas del ruido sino también de su composición, de su tiempo de duración, de la brusquedad de su producción, del momento en que se da y de la frecuencia con que se está expuesto al ruido.
La molestia aumenta normalmente con la fuerza del sonido, siendo los de alta frecuencia (tonos agudos) especialmente molestos. Ruidos de corta duración e intervalos largos, son muchas veces bien tolerados, aún cuando el ruido sea fuerte. Los ruidos leves pueden también molestar, piénsese en el goteo de un canilla, que produce un ruido leve de gran regularidad, que causa irritación. Dada la condición totalmente subjetiva de la calificación de sonido en RUIDO O NO RUIDO, no utilizaremos más esta palabra y nos referiremos exclusivamente a SONIDOS. La quinta sinfonía puede se un agradable sonido, o un horrible ruido, supongamos, con toda la presión sonora posible en el momento en que estamos durmiendo.
¿Que es el sonido?
Los sonidos son escuchados cuando en condiciones de presión atmosférica normal, reproducen variaciones de una magnitud suficiente. Estas variaciones  llegan al oído como una diferencia de presión, y son trasmitidas por el mecanismo auditivo al cerebro, en donde se producen sensaciones.
Se mide en tono, ciclos o frecuencia (hz) y potencia (db)
Para ello se utiliza un decibelímetro integrador.
El sonido puede ser medido en forma científica de dos maneras. La intensidad, o potencia del sonido, se mide en decibeles. El tono se expresa en vibraciones sonoras por segundo. Un tono bajo como el de una voz profunda o una tuba produce menos vibraciones por segundo que una voz aguda o un violín.
Ver reglamento de la O.S.H.A. 1910,95, véase la tabla12-1 del capítulo 12

Si bien la partícula que vibra inicialmente puede oscilar muy poco alrededor de su posición de equilibrio, la onda o perturbación se propaga hasta el límite del sistema, salvo que su energía se disipe por razones de rozamientos.
Así pues, en el avance de una onda existe transporte de energía y no existe transporte de masa



Enumeraremos las magnitudes fundamentales que definen al citado movimiento, para luego explicarlas con más detalle. Estas son:
Frecuencia: símbolo f. Unidad Hz (herzio). Es el número de pulsaciones de una onda acústica sinusoidal ocurrida en el tiempo de un segundo. A veces se utiliza el concepto de velocidad angular o frecuencia angular, relacionado con la frecuencia mediante la expresión W = 2 π f

Período: Símbolo T. Unidad segundo (Sg). Es el tiempo transcurrido en completar un ciclo. Su relación con la frecuencia es: T = 1/f  = 2 π/ W
Elongación: Símbolo X. es el desplazamiento del punto en vibración respecto a su posición de equilibrio. Cuando la elongación es máxima se denomina amplitud (A) o altura pico.
                                X = A sen 2π f T
Empleando la frecuencia angular   X =  sen W T
Entre los picos máximo y mínimo (expansión y compresión máximas) el espacio existente es el doble de la amplitud o “amplitud pico a pico”
Habida cuenta de que los equipos de medición del sonido suelen presentar frecuentemente sus respuestas en valores eficaces o RMS (Root Mean Square)
Valor Eficaz (RMS): Símbolo Aef. Se define como la raíz cuadrada del valor medio de la elongación al cuadrado
Aef = [ 1/T ∫ x² dt ]½
Valor Medio: símbolo Am. Sin considerar el signo del desplazamiento, y a lo largo de un período, es el valor medio representativo de la sinusoide.

 
 
Rango de audición o sonido audible:
Solo aquellas ondas sonoras cuyo número de vibraciones por segundo (Frecuencia) oscila entre 20 y 20.000 pueden ser percibidas. Los sonidos por debajo de 20 vibraciones por segundo, se llaman infrasonidos, y los sonidos con un número de vibraciones superior a 20.000 se llaman ultrasonidos.

¿Qué es un hertz?
La frecuencia se mide en ciclos por segundo, o Hertz (Hz). Cuando más alto es el tono del sonido, mayor es la frecuencia. La frecuencia determina el tono. El sonido de baja frecuencia (pocas oscilaciones por segundo) se perciben como tono bajo o grave. El sonido de alta frecuencia (muchas oscilaciones por segundo) se percibe como tono alto o agudo.
Los niños pequeños, quienes generalmente tienen la mejor audición, pueden a menudo distinguir sonidos desde 20 Hz, como el de la nota más baja de una gran pipa de órgano, y hasta los 20.000 Hz, tal como el agudo altísimo de un silbato para perros que muchas personas adultas son incapaces de oír.
El lenguaje humano, que se extiende entre los 300 y los 4.000 Hz, suena para la mayoría de las personas más fuerte que los ruidos de muy alta o muy baja frecuencia. Cuando la pérdida auditiva comienza, se pierden primero las frecuencias altas, lo que explica porque la gente con pérdida auditiva a menudo tiene dificultades con las voces de tono alto de las mujeres y los niños.
La pérdida de las frecuencias altas produce también distorsión del sonido, por lo que se hace difícil entender la palabra aunque se la escuche. Las personas con Hipoacusia suelen tener dificultad para detectar diferencias entre ciertas palabras que suenan parecido, especialmente las que contienen S, F, SH, CH, H, o C suave, porque el sonido de estas consonantes es de mucho mayor frecuencia que las vocales y otras consonantes. 
Hasta aquí, la única clase de análisis de frecuencia que estudiamos, a sido en una escala lineal. Eso quiere decir que el eje de las frecuencias está puesto de manera lineal. Esto es adecuado para un análisis de frecuencias con una resolución de frecuencia constante a través del rango de las frecuencias. Eso se llama análisis de banda angosta. El analizador TRF realiza esta clase de análisis.
Hay muchas situaciones donde se requiere de un análisis de frecuencia, pero donde el análisis de banda angosta no presenta los datos en su forma más útil. Un ejemplo de esto es el análisis del ruido acústico donde se estudia el índice de molestias a un observador humano. El mecanismo de audición humano es sensible a proporciones de frecuencias más que a frecuencias. La frecuencia de un sonido determinará su altura como percibido por un auditor y una proporción de dos veces una frecuencia se escucha como un cambio de altura de una octava, sin que importe cuales fueran las frecuencias. Si por ejemplo se sube un sonido de 100 Hz a 200 Hz, su altura se subirá una octava: Un sonido de 1000 Hz cuando se sube a 2000 Hz también se subirá una octava en altura. El hecho es valido con tanta precisión en un rango importante de frecuencias, que es conveniente definir una octava como una proporción de frecuencias de dos, aunque la octava misma es una medida subjetiva de cambio en la altura de un sonido.
Este fenómeno se puede resumir diciendo que la percepción de altura del oído es proporcional al logaritmo de la frecuencia, en lugar de a la frecuencia misma. Por eso, tiene sentido el expresar el eje de frecuencias de espectros acústicos en un eje de Log frecuencias, y eso es lo que se hace de manera casi universal. Por ejemplo, las curvas de las respuestas de frecuencias publicadas por los fabricantes de sonido, siempre vienen en log frecuencia. De la misma manera, cuando se lleva a cabo un análisis de frecuencia de sonido, es muy común el usar gráficas con log frecuencia.


El eje vertical de un espectro de banda se divide por lo general en decibel (dB)


La octava es un intervalo de frecuencias para el oido, que el llamado análisis de banda de octavas ha sido definido como una norma para el análisis acústico. El dibujo de abajo muestra un espectro típico, de banda de octava, donde se usan las frecuencias Standard ISO de la banda de las octavas. Cada banda de octavas tiene una anchura de banda de alrededor del 70% de su frecuencia central. Este tipo de espectro se llama banda a porcentaje constante, porque cada banda tiene su anchura que es un porcentaje constante de su frecuencia central. En otras palabras: las bandas de análisis se hacen mas anchas en proporción a sus frecuencias centrales.



Se podría argumentar que la resolución de frecuencias en un análisis de banda de octavas no es lo suficiente preciso, para ser muy útil, especialmente en el análisis de la firma de vibraciones. de maquinaria, pero es posible de definir el análisis de bandas a porcentaje constante, con bandas de frecuencias de una anchura más angosta. Un ejemplo común de esto es el espectro de un tercio de octava, cuyas anchuras de banda son alrededor del 27% de sus frecuencias centrales. Tres bandas de un tercio de octava forman una octava y la resolución de este tipo de espectro es tres veces mejor que la del espectro de la banda de octava. Los espectros de un tercio de octava se usan frecuentemente en mediciones acústicas.                                                                       Una ventaja mayor del análisis de las bandas de porcentaje constante es que en una gráfica se puede mostrar un largo rango de frecuencias, y que la resolución de frecuencias en las frecuencias bajas puede ser todavía bastante angosta. Evidentemente, la resolución de frecuencias en las frecuencias más altas sufrirá, pero esto no presenta un problema para algunas aplicaciones, como la detección de fallas en máquinas.
Acerca del diagnostico de fallas en máquinas veremos que los espectros de banda angosta son muy útiles para resolver armónicos y bandas laterales, de altas frecuencias. Pero para la detección de una falla en una máquina, no se requiere una resolución tan alta. El espectro de velocidad de vibración de la mayoría de máquinas tendrá una pendiente hacia abajo, en las frecuencias más altas, y un espectro de banda a porcentaje constante (BPC) de los mismos datos, generalmente tendrá que ser más uniforme en su nivel sobre un largo rango de frecuencias. Esto quiere decir que un espectro BPC hace mejor uso del rango dinámico de los instrumentos. Los espectros de un tercio de octava están lo suficiente angosto en las frecuencias bajas, como para enseñar los primeros y raros armónicos de la velocidad de funcionamiento, y se pueden usar de manera efectiva, para la detección de fallas, si se establece una tendencia en el tiempo.
El uso de espectros constantes BPC para el monitoreo de maquinaria no ha sido bien reconocido en la industria, con unas excepciones notables tales como la flotilla de submarinos de la marina de los E. U. A.
Propagación:
La propagación de un sonido se hace siempre a través de un medio elástico; sólido, líquido o gaseoso. Si este medio es puesto en vibración el sonido resultante se propaga alejándose del lugar donde se origina. Una forma sencilla de ver un fenómeno de propagación de vibraciones, es recordar como se mueven las ondas producidas al provocar un disturbio sobre la superficie del agua. La propagación del sonido, en el aire y a temperatura ambiente tiene un valor de 344 metros/segundo, que representa una velocidad horaria 1238 Km. /hora. Esta magnitud determina la denominada "barrera del sonido", y se utiliza como medida de velocidad de los aviones, los conocidos "macht", donde el valor 1 es el correspondiente a esta magnitud.

Función acústica:

Todo edificio se ve sometido a la acción de sonidos (o, como más comúnmente los llamamos, de ruidos). Su respuesta determina lo que denominamos la FUNCIÓN ACÚSTICA del mismo. Es verdad que si bien no incide tan fuertemente sobre la habitabilidad como otras solicitaciones (mecánica, térmica, hidrófuga, etc.), en el medio urbano no podemos obviar la incidencia que “los ruidos” tienen sobre el confort. Más aún, cuando entendemos que todo edificio debe proteger a su usuario del creciente nivel de contaminación acústica que en la actualidad poseen las ciudades.
Reducir el ingreso de sonidos desde el exterior y controlar la propagación de los generados en el interior, deben ser estrategias de diseño que el Arquitecto debe incluir al imaginar un edificio como “una materialidad con funcionamiento intencionado”.
La audición sonora:
Dado que la presión sonora de 0.0002 microbares, con una frecuencia de 1000 Hz, es aproximadamente la más débil que el oído humano puede percibir, utilizamos para su medición un sistema de unidades al cual denominamos "psicométrica", en tanto mide la sensación acústica que produce en una persona. Su unidad de medida es el decibel (dB). Esta es una unidad de medición que se corresponde a la sensibilidad auditiva.
Los valores varían de 0 a 130 dB,
- Viento en las hojas 40 dB
- Conversación 50 dB
- Calle con tránsito 80 dB
- Discoteca 100 dB
- Martillo Neumático 110 dB
- Sonido Insoportable 130 dB

Como puede observarse las magnitudes de los decibeles tiene una relación con la presión sonora y la frecuencia, PERO NO DIRECTAMENTE PROPORCIONAL, sino exponencial. En los valores mas bajos, una pequeño incremento de la presión sonora incrementará en forma casi proporcional su percepción. En cambio así como llegamos a producir con muy poca energía una sensación de 40 dB (el viento en las hojas), para duplicarla debemos producir tanta energía mecánica como la que corresponde a una calle con tránsito (80 dB).


Nuestra sensibilidad acústica tiene un límite, y mas allá de los 130 dB, la sensación no es un "sonido", no la dolorosa acción mecánica de la presión sonora, SIN SENSACIÓN DE SONIDO.

Presión sonora:

Las oscilaciones de las ondas sonoras, provocan fenómenos de condensación y enrarecimiento en el aire. Estos desplazamientos cambiantes generan la llamada presión sonora. Cuanto más fuerte sea el sonido, tanto más amplia será la oscilación de las partículas del aire, y mayor por consiguiente la presión sonora. Esta es, por lo tanto, una de las medidas de la fuerza del sonido, y se indica en microbares.
En primer lugar tenemos la presión atmosférica, es decir la presión del aire ambiental en ausencia de sonido. Se mide en una unidad SI (Sistema Internacional) denominada Pascal (1 Pascal es igual a una fuerza de 1 newton actuando sobre una superficie de 1 metro cuadrado, y se abrevia 1 Pa). Esta presión es de alrededor de 100.000 Pa (el valor normalizado es de 101.325 Pa). Podemos luego definir la presión sonora como la diferencia entre la presión instantánea debida al sonido y la presión atmosférica, y, naturalmente, también se mide en Pa. Sin embargo, la presión sonora tiene en general valores muchísimo menores que el correspondiente a la presión atmosférica. Por ejemplo, los sonidos más intensos que pueden soportarse sin experimentar un dolor auditivo agudo corresponden a unos 20 Pa, mientras que los apenas audibles están cerca de 20 mPa (mPa es la abreviatura de micropascal, es decir una millonésima parte de un pascal). Esta situación es muy similar a las pequeñas ondulaciones que se forman sobre la superficie de una profunda piscina. Otra diferencia importante es que la presión atmosférica cambia muy lentamente, mientras que la presión sonora lo hace muy rápido, alternando entre valores positivos (presión instantánea mayor que la atmosférica) y negativos (presión instantánea menor que la atmosférica) a razón de entre 20 y 20.000 veces por segundo. Esta magnitud se denomina frecuencia y se expresa en ciclos por segundo o hertz (Hz). Para reducir la cantidad de dígitos, las frecuencias mayores que 1.000 Hz se expresan habitualmente en kilohertz (Khz.).

Nivel de Presión Sonora:

El nivel de presión sonora es una magnitud física del sonido y no está basado en las características de la audición.
El hecho de que la relación entre la presión sonora del sonido más intenso (cuando la sensación de sonido pasa a ser de dolor auditivo) y la del sonido más débil sea de alrededor de 1.000.000 ha llevado a adoptar una escala comprimida denominada escala logarítmica. Llamando Pref (presión de referencia a la presión de un tono apenas audible (es decir 20 mPa) y P a la presión sonora, podemos definir el nivel de presión sonora (NPS) Lp como
Lp = 20 log (P / Pref),
Donde log significa el logaritmo decimal (en base 10). La unidad utilizada para expresar el nivel de presión sonora es el decibel, abreviado dB. El nivel de presión sonora de los sonidos audibles varía entre 0 dB y 120 dB. Los sonidos de más de 120 dB pueden causar daños auditivos inmediatos e irreversibles, además de ser bastante dolorosos para la mayoría de las personas. 
Nivel Sonoro con Ponderación A
El nivel de presión sonora tiene la ventaja de ser una medida objetiva y bastante cómoda de la intensidad del sonido, pero tiene la desventaja de que está lejos de representar con precisión lo que realmente se percibe. Esto se debe a que la sensibilidad del oído depende fuertemente de la frecuencia. En efecto, mientras que un sonido de 1 Khz. y 0 dB ya es audible, es necesario llegar a los 37 dB para poder escuchar un tono de 100 Hz, y lo mismo es válido para sonidos de más de 16 Khz.
Cuando esta dependencia de la frecuencia de la sensación de sonoridad fue descubierta y medida (por Fletcher y Munson, en 1933, ver gráfica), se pensaba que utilizando una red de filtrado (o ponderación de frecuencia) adecuada sería posible medir esa sensación en forma objetiva. Esta red de filtrado tendría que atenuar las bajas y las muy altas frecuencias, dejando las medias casi inalteradas. En otras palabras, tendría que intercalar unos controles de graves y agudos al mínimo antes de realizar la medición.

Curvas de Fletcher y Munson
Había sin embargo algunas dificultades para implementar tal instrumento o sistema de medición. El más obvio era que el oído se comporta de diferente manera con respecto a la dependencia de la frecuencia para diferentes niveles físicos del sonido. Por ejemplo, a muy bajos niveles, sólo los sonidos de frecuencias medias son audibles, mientras que a altos niveles, todas las frecuencias se escuchan más o menos con la misma sonoridad. Por lo tanto parecía razonable diseñar tres redes de ponderación de frecuencia correspondientes a niveles de alrededor de 40 dB, 70 dB y 100 dB, llamadas A, B y C respectivamente. La red de ponderación A (también denominada a veces red de compensación A) se aplicaría a los sonidos de bajo nivel, la red B a los de nivel medio y la C a los de nivel elevado (ver figura). El resultado de una medición efectuada con la red de ponderación A se expresa en decibeles A, abreviados dBA o algunas veces dB(A), y análogamente para las otras.

Curvas de ponderación A, B y C
Por supuesto, para completar una medición era necesaria una suerte de recursividad. Primero había que obtener un valor aproximado para decidir cuál de las tres redes había que utilizar, y luego realizar la medición con la ponderación adecuada.
La segunda dificultad importante proviene del hecho de que las curvas de Fletcher y Munson (al igual que las finalmente normalizadas por la ISO, Organización Internacional de Normalización) son sólo promedios estadísticos, con una desviación estándar (una medida de la dispersión estadística) bastante grande. Esto significa que los valores obtenidos son aplicables a poblaciones no a individuos específicos. Más aún, son aplicables a poblaciones jóvenes y otológica mente normales, ya que las mediciones se realizaron con personas de dichas características.
La tercera dificultad tiene que ver con el hecho de que las curvas de Fletcher y Munson fueron obtenidas para tonos puros, es decir sonidos de una sola frecuencia, los cuales son muy raros en la Naturaleza. La mayoría de los sonidos de la vida diaria, tales como el ruido ambiente, la música o la palabra, contienen muchas frecuencias simultáneamente. Esta ha sido tal vez la razón principal por la cual la intención original detrás de las ponderaciones A, B y C fue un fracaso.
Estudios posteriores mostraron que el nivel de sonoridad, es decir la magnitud expresada en una unidad llamada fon que corresponde al nivel de presión sonora (en decibeles sin ponderación) de un tono de 1 Khz. igualmente sonoro, no constituía una auténtica escala. Por ejemplo, un sonido de 80 fones no es el doble de sonoro que uno de 40 fones. Se creó así una nueva unidad, el son, que podía medirse usando un analizador de espectro (instrumento de medición capaz de separar y medir las frecuencias que componen un sonido o ruido) y algunos cálculos ulteriores. Esta escala, denominada simplemente como sonoridad, está mejor correlacionada con la sensación subjetiva de sonoridad, y por ello la ISO normalizó el procedimiento (en realidad dos procedimientos diferentes según los datos disponibles) bajo la Norma Internacional ISO 532. En la actualidad existen inclusive instrumentos capaces de realizar automáticamente la medición y los cálculos requeridos para entregar en forma directa la medida de la sonoridad en son
Ponderación A y Efectos del Ruido
Desde luego, lo anterior no responde la pregunta de cuán molesto o perturbador resultará un sonido dado. Es simplemente una escala para la sensación de sonoridad. Varios estudios han enfocado esta cuestión, y existen algunas escalas, como la escala noy que cuantifica la ruidosidad bajo ciertas suposiciones, y por supuesto, en función del contenido de frecuencias del sonido a evaluar.
Podemos apreciar, por lo tanto, que no hay disponible en la actualidad ninguna escala que sea capaz de dar cuenta exitosamente de la molestia que ocasionará un ruido a través de mediciones objetivas, simplemente porque la molestia es una reacción muy personal y dependiente del contexto.
¿Por qué, entonces, ha sobrevivido y se ha vuelto tan popular y difundida la escala de ponderación A?
Es una buena pregunta. La razón principal es que diversos estudios han mostrado una buena correlación entre el nivel sonoro A y el daño auditivo, así como con la interferencia a la palabra. Sin otra información disponible, el nivel sonoro con ponderación A es la mejor medida única disponible para evaluar y justipreciar problemas de ruido y para tomar decisiones en consecuencia. También exhibe una buena correlación, según han revelado diversos estudios, con la disposición de las personas afectadas por contaminación acústica a protestar en distintos niveles.
Es interesante observar que a pesar de que la escala de decibeles A fue originalmente concebida para medir sonidos de bajo nivel, ha demostrado ser más adecuada para medir daño auditivo, resultado de la exposición a sonidos de nivel elevado. Ignoro cómo se descubrió esta relación, pero probablemente se pueda atribuir a la carencia de otros instrumentos de medición, a la suerte accidental, o al uso consciente de todos los tipos de instrumentos disponibles para superar las circunstanciales fronteras del conocimiento.
Con respecto a su utilización en cuestiones legales, por ejemplo en la mayoría de las ordenanzas y leyes sobre ruido, es porque proporciona una medida objetiva del sonido de alguna manera relacionada con efectos deletéreos para la salud y la tranquilidad, así como la interferencia con diversas actividades. No depende en el juicio subjetivo de la policía ni del agresor ni del agredido acústicamente. Cualquiera en posesión del instrumental adecuado puede medirlo y decir si excede o no un dado límite de aceptabilidad legal o reglamentario. Esto es importante, aún cuando no sea la panacea. Probablemente en el futuro irán surgiendo mediciones más perfeccionadas y ajustadas a diferentes situaciones. 
NOTA DEL AUTOR: La tabla siguiente pertenece a la Noise Pollution Clearinghouse, y su utilización aquí en versión traducida es gentileza de esa organización.
La tabla de decibeles (dB) a continuación compara algunos sonidos comunes y muestra cómo se clasifican desde el punto de vista del daño potencial para la audición. El ruido comienza a dañar la audición a niveles de alrededor de 70 dBA. Para el oído, un incremento de 10 dB implica duplicar la sonoridad.
Niveles Sonoros y Respuesta Humana
Sonidos característicos
Nivel de presión sonora [dB]
Efecto
Zona de lanzamiento de cohetes
(sin protección auditiva)
180
Pérdida auditiva irreversible
Operación en pista de jets
Sirena antiaérea
140
Dolorosamente fuerte
Trueno
130
 
Despegue de jets (60 m)
Bocina de auto (1 m)
120
Maximo esfuerzo vocal
Martillo neumático
Concierto de Rock
110
Extremadamente fuerte
Camión recolector
Petardos
100
Muy fuerte
Camión pesado (15 m)
Tránsito urbano
90
Muy molesto
Daño auditivo (8 Hrs)
Reloj Despertador (0,5 m)
Secador de cabello
80
Molesto
Restaurante ruidoso
Tránsito por autopista
Oficina de negocios
70
Difícil uso del teléfono
Aire acondicionado
Conversación normal
60
Intrusivo
Tránsito de vehículos livianos
(30 m)
50
Silencio
Líving
Dormitorio
Oficina tranquila
40
 
Biblioteca
Susurro a 5 m
30
Muy silencioso
Estudio de radiodifusión
20
 
 
10
Apenas audible
 
0
Umbral auditivo

Absorción acústica:

El comportamiento de los sonidos dentro de un ambiente depende de las superficies que lo componen y los materiales de dichas superficies. Las ondas sonoras serán absorbidas o reflejadas según sea el coeficiente de absorción de dichos materiales, su presión
Cada material tiene un coeficiente de absorción que va de valor 0 (cero) a 1 (uno). Un material con coeficiente 0 es totalmente reflejante, mientras que un material con coeficiente 1 es totalmente absorbente, caso una ventana abierta.  
Reverberancia:

Reflejo (rebote) de sonido, que se da en un local cerrado, producido por la presencia de materiales reflejantes (no absorbentes). El tiempo de reverberación en una habitación es el intervalo de tiempo, indicado en segundos, que transcurre desde la emisión del sonido hasta que el nivel de presión del mismo ha descendido 60 dB, esto es prácticamente extinguido para su percepción. El tiempo de reverberación se reduce por medio de la colocación de materiales absorbentes de sonido en las superficies.Los rebotes serán sonora y su frecuencia. percibidos como nuevas fuentes de sonido. Como la retención del dato sensorial es de aproximadamente 1/15 de segundo (como ocurre con los datos sensoriales de la vista), todo sonido reflejado que llegue a nuestro sonido en menos tiempo, será percibido como un reforzamiento del sonido directo prolongándolo e incrementando su intensidad.
Si el recorrido del sonido reflejado supera los 23 metros será percibido como una nueva fuente de producción de sonido, que reiterara el sonido directo. A este fenómeno lo denominamos eco.
(Te preguntaste, por qué son 23 metros ? Cuál es la velocidad del sonido?)
 
Aislamiento acústico:
Tiene como objetivo la disminución de los sonidos, que pretenden ingresar al local que se desea aislar. Ya sea de habitaciones lindantes o del exterior. Esta aislación es una función que debe cumplir el elemento que separa al local (las paredes, piso y techo) de los generadores de sonidos. Si decimos que la aislación entre habitaciones es de 50 dB, estamos expresando que la diferencia de nivel de la audición acústica entre el ambiente receptor y el emisor es de 50dB. 

Corrección acústica:
Tiene como objetivo la disminución de los sonidos que se generan dentro del local que se desea aislar. La corrección del sonido, equivale a la regulación del tiempo de reverberación y a la distribución de la fuerza sonora, por medio de la colocación en el local de materiales absorbentes o reflejantes.  

Intensidad Sonora:
La intensidad sonora es una medida también psicométrica. La unidad técnica de la intensidad sonora es el fon. La intensidad sonora de un tono puro dado se define como de X fones, si impresiona al oído en forma equivalente a un tono de cierta frecuencia en Hz, con un nivel de sensación acústica de X dB. Para sonidos con una frecuencia de 1000 Hz, la intensidad sonora (fon) y la sensación acústica (dB), tienen el mismo valor.

 
Sonidos aéreos:
Los sonidos aéreos son originados por una fuente emisora, y que se propagan en el aire. A través de este medio se transmiten a los limites sólidos del local, los cuales puestos en vibración, los retransmiten a la masa gaseosa en contacto con los paramentos de las habitaciones colindantes.
El aislamiento a sonidos aéreos, se mide por la diferencia entre el nivel de percepción sonora en el lugar emisor y el de recepción, expresado en dB.
El índice de reducción acústica R es dado en decibeles, y cuanto mayor sea el R mejor será el aislamiento del cerramiento. 

Ley de Masas:
La aislación acústica, para sonidos aéreos, que proporciona un divisorio compacto y homogéneo depende de su masa, pudiéndose considerar un valor básico de R = 40dB para un muro de 100 Kg./m2 en una frecuencia de 500 Hz
De la ley de masas se deduce que para elevadas aislaciones, se hacen necesarios divisorios construidos con materiales pesados y con espesores considerables, lo cual constructivamente se los hace muy difíciles de llevar a la práctica.  

Ley Masa - Resorte - Masa:

Permite aumentar la aislación acústica en base a estructuras más livianas. Por ejemplo, si se tiene un divisorio de 100 Kg/m2 y una R= 40dB, si duplicamos su espesor solo llegaríamos a una R= 44dB. Si en cambio separamos los muros, de manera tal de tener dos muros de 100 Kg/m2, cada uno aislaría 40 dB y el conjunto lograría 80 dB.
Esta situación es totalmente teórica, pues ambos divisores no podrán separarse tanto que lleguen a ser totalmente independientes, (seguramente deberán estar vinculados por una estructura); pero aún así las ventajas que se logran son importantes, al punto de poder reducir la masa (el peso) más del 80% para similares valores de R.  
Sonidos de impacto:

Los sonidos de impacto son generados por golpes de un objeto contra un elemento constructivo del local y a través de estos transmitidos a las habitaciones colindantes, donde son captados por el oído humano como sonidos aéreos. Los sonidos de impacto son medidos en dB en el local de recepción.
Los sonidos de impacto, no se aíslan con masa, sino todo lo contrario, con materiales porosos, y debe discontinuarse con estos materiales del resto de la estructura, el elemento constructivo donde se aplican los golpes. El caso más común son los pisos en construcciones de altura.
¿Cuando es peligroso?              
Las personas difieren en su sensibilidad al ruido. Como regla general, puede dañar su audición si tiene que gritar sobre el ruido de fondo para hacerse oír. Si le hace doler los oídos, si aparece un zumbido, o si queda por varias horas un poco sordo después de una exposición al ruido. Este riesgo se monitorea a través de la realización de mediciones de ruido en las diferentes fuentes sonoras y a través de un cálculo determinar, por local de trabajo, si los niveles hallados superan el máximo establecido, y de se así sugerir las medidas correspondientes.
Estas mediciones otorgan al profesional información sobre el riesgo acústico al que se encuentra expuesto el personal e identificar las máquinas o zonas más ruidosas de la planta. Las medidas a adoptar van a depender de los niveles obtenidos pudiéndose seguir los siguientes criterios:
Si los niveles son inferiores a los 85 db(A) de Nivel Sonoro Continuo Equivalente, sólo se realizan nuevos relevamientos para controlar que el nivel medido se mantenga y detectar posibles cambios a causa de incorporación de nuevos equipos o maquinarias, sistemas de ventilación o extracción, falta de mantenimiento, etc.
Si los NSCE son superiores a los 85 db(A), pero no exceden los 90 db(A), se deben realizar exámenes audiométricos. En este caso no resulta obligatorio la entrega de protectores auditivos de acuerdo a lo dispuesto por nuestra legislación, Ley19587, Decreto 351/79, Anexo V, Capítulo 13, Ítem 2, donde se establece la dosis máxima admisible en 90 db(A), pero se aconseja el uso de los mismos.
Si los valores obtenidos son mayores a los 90 db(A) es exigible implementar el uso obligatorio de protectores auditivos. Esta última medida, según los criterios de seguridad laboral, debe ser la última que se debe adoptar, o por lo menos hasta agotar todas las medidas de control del ruido anteriores:
Actuar sobre la fuente sonora, disminuyendo el nivel de ruido a través de la implementación de barreras ingenieriles de insonorización, mejorar el mantenimiento de la máquina, cambiar componentes de la misma que puedan incrementan el ruido, etc.
Actuar sobre el medio, lo que implica colocar barreras ingenieriles que disminuyan el nivel de ruidos pero en el ambiente de trabajo.
Reducción de los tiempos de exposición.
En el caso de contar con niveles de ruido críticos se deben realizar mediciones y estudios más rigurosos como por ejemplo análisis de frecuencias o dosis de ruidos.
En el primer caso se realiza un análisis del ruido generado por máquina en diferentes frecuencias y a través de un cálculo matemático se puede verificar la eficiencia de los protectores auditivos entregados teniendo en cuenta la curva de atenuación del mismo.
En el segundo caso, se realiza un análisis de ruido generado pero a través del muestreo personal, en una persona en particular a través de un equipo que nos indica, a diferencia del decibelímetro que nos da el nivel sonoro generado por una máquina en particular, la dosis de ruido al que se encuentra expuesta la persona semanalmente, es decir el Nivel Sonoro Continuo Equivalente, sin necesidad de realizar cálculo alguno.

¿Cuándo un  sonido es demasiado sonido?
El sonido es el contaminante ambiental mas frecuente de los lugares de trabajo y el DAIR (Trauma acústico o daño auditivo inducido por ruido) depende del nivel general del sonido y de la duración de la exposición al mismo. En Estados Unidos toman como limite de exposición (Intensidad - tiempo) al ruido según la siguiente tabla:
Límite de exposición al ruido
Db
Tiempo - hrs./min.
90
8 horas
95
4 horas
100
2 horas
105
1 hora
110
1/2 hora
115
15 minutos

Más de 115 db. No están permitidos sin el uso de protectores auditivos y se recomiendan medidas complementarias como:
·                     planificación y organización administrativa
·                     medición y control de los ruidos
·                     pruebas audiométricas pre-intra y postlaborales
·                     educación del personal.

Generado pero a través del muestreo personal, en una persona en particular a través de un equipo que nos indica, a diferencia del decibelímetro que nos da el nivel sonoro generado por una máquina en particular, la dosis de sonido al que se encuentra expuesta la persona semanalmente, es decir el Nivel Sonoro Continuo Equivalente, sin necesidad de realizar cálculo alguno.
Una de las primeras cosas que la gente se pregunta cuando se le informa que el sonido constituye un estímulo deletéreo es cuánto sonido hace falta, realmente, para afectar negativamente al ser humano.La respuesta no es sencilla, dado que los efectos del sonido involucran múltiples aspectos de la salud y el bienestar.
Desde el punto de vista filosófico, dado que el ruido se puede definir como cualquier estímulo acústico que interfiere con las actividades y el descanso del ser humano, cualquier nivel de ruido afecta a las personas (si no, no sería ruido). Sin embargo, a menudo el ruido se tolera mejor cuando se lo considera inevitable. El ruido de la lluvia, por ejemplo, resulta mucho más aceptable que el de las gotas que caen de una canilla que gotea. En general los ruidos repetitivos son más molestos que los aleatorios.
Pero cuando se consideran los efectos medibles objetivamente, las investigaciones han revelado que existe una fuerte correlación entre la intensidad física del estímulo y la magnitud del efecto. Esto es particularmente cierto en relación con la disminución auditiva. Durante décadas se han investigado ampliamente diversos grupos de operarios industriales y se desarrollaron diversos criterios de valuación de situaciones específicas.
Uno de esos criterios, correspondiente a la Norma Internacional ISO 1999, comienza definiendo el "déficit auditivo" o hipoacusia como un aumento permanente del umbral auditivo (el mínimo nivel sonoro audible) suficientemente importante como para afectar la inteligibilidad de la palabra (este aumento resulta ser de alrededor de 25 dB para los tonos de frecuencias medias). El siguiente paso es utilizar una tabla de doble entrada que permite evaluar el riesgo porcentual de experimentar déficit auditivo al exponerse a sonidos de carácter laboral (8 horas diarias durante 6 días por semana) de cierto nivel sonoro promedio durante una cantidad determinada de años:
dBA
Años de exposición
5
10
15
20
25
30
35
40
45
80
0
0
0
0
0
0
0
0
0
85
1
3
5
6
7
8
9
10
7
90
4
10
14
16
16
18
20
21
15
95
7
17
24
28
29
31
32
29
33
100
12
29
37
42
43
44
44
41
35
105
18
42
53
58
60
62
61
54
41
110
26
55
71
78
78
77
72
62
45
115
36
71
83
87
84
81
75
64
47
NOTA: dBA es el símbolo del decibel A, unidad de medida del nivel sonoro a los efectos de estos criterios
Por cada disminución a la mitad de las horas totales trabajadas el criterio se aplica restando 3 dB al nivel sonoro real.
A modo de ejemplo, consideremos el caso de un disc jockey que trabaja en un night club 3 días por semana, expuesto durante 4 horas a un nivel sonoro promedio de 106 dBA. Dado que se trata de la mitad de días y la mitad de horas diarias, deben restarse dos veces 3 dB. Supongamos, además, que el joven permanece en este trabajo desde los 15 años hasta los 30, es decir, una exposición a lo largo de 15 años.
Bien, la tabla revela que el riesgo de experimentar incapacidad para la comunicación oral asciende al 37%, es decir que casi 4 de cada 10 personas en estas condiciones tendrá, a los 30 años, dificultades para comprender una conversación normal.
Las legislaciones laborales, normalmente permiten exposiciones a niveles de 85 dBA o hasta de 90 dBA, pero obligan a los empleadores a realizar exámenes periódicos a sus empleados, de modo de cambiar las funciones de aquellos que resulten más susceptibles de sufrir pérdidas irreversibles.
Una inspección más cuidadosa de la tabla revela que a un nivel de 80 dBA el riesgo es de 0% cualquiera sea la duración de la exposición. ¿Esto significa que los 80 dBA constituyen el "techo" seguro? De ninguna manera, debido a que en la definición de "riesgo" hay otro elemento que por simplicidad no se mencionó antes. Dado que la tabla pretende cuantificar el riesgo de una exposición de carácter laboral, previamente se ha restado el porcentaje de la población que sufre hipoacusia por envejecimiento, es decir, presbiacusia.
Ahora bien, existen varios estudios que muestran que la presbiacusia no sería realmente presbiacusia sino socioacusia, es decir, hipoacusia debida a la exposición al ruido social o comunitario.
En la década de los 70, la Agencia de Protección Ambiental de los Estados Unidos (EPA) fue comisionada por el Congreso para proveer "información sobre los niveles de ruido ambiental requeridos para proteger la salud y el bienestar públicos, con un adecuado margen de seguridad". La tarea no fue fácil, dado que a pesar de que había abundante información referida a exposición de carácter laboral disponible, existían muy pocos datos publicados sobre exposiciones no laborales. El enfoque fue, por lo tanto, el de extrapolar los datos disponibles bajo algunas hipótesis razonables. El resultado fue publicado por la EPA en 1974, en un famoso trabajo apodado "el documento de los niveles".
El criterio de la EPA en lo referente a la conservación de la audición afirma que para proteger virtualmente a toda la población (es decir, incluyendo a los individuos más susceptibles) el nivel sonoro promediado durante las 24 horas del día no debería ser mayor de 70 dBA. En forma equivalente, no debería exceder los 75 dBA durante una jornada laboral de 8 horas, siempre y cuando el resto del tiempo el nivel de exposición se mantenga bastante por debajo de ese valor.
Este criterio difiere substancialmente del de ISO, dado que considera que se ha producido un déficit auditivo cuando el umbral de audición aumenta sólo 5 dB y no 25 dB. Es, por lo tanto, un criterio mucho más estricto.
Es de notar que el límite de la EPA es un valor promedio, lo cual significa que normalmente se toleran bien niveles muchos mayores durante periodos cortos de tiempo. En efecto, por cada reducción a la mitad de la exposición, el nivel seguro puede aumentarse en 3 dBA. Así, durante 4 horas diarias serían admisibles 78 dBA, durante 2 horas 81 dBA, durante 1 hora 84 dBA, y así sucesivamente. Sin embargo, la exposición a niveles superiores a los 100 dBA no es recomendable ni siquiera durante lapsos muy cortos, dado que algunos individuos muy susceptibles podrían experimentar daño auditivo irreversible.
Tal como se puede observar, los límites laborales tienden a ser mucho más permisivos que los ambientales. La razón de ello es que aparte del factor de la seguridad y el bienestar se tienen en cuenta otros factores, como el técnico o el de la factibilidad económica de reducir la emisión de ruido en el puesto de trabajo.
Finalmente, el documento de la EPA no sólo aborda la cuestión del deterioro auditivo, sino también el de la interferencia con las actividades y las molestias a nivel comunitario. En este caso se plantean niveles mucho más bajos, recomendándose en exteriores un nivel promedio de 55 dBA durante el día y de 45 dBA durante la noche, y en el interior de las viviendas, 45 dBA y 35 dBA respectivamente.
Las ordenanzas sobre ruido tienden, sin embargo, a ser más permisivas, admitiendo por lo general correcciones que contemplan niveles mayores cuando, por ejemplo, la fuente ha estado presente durante muchos años, o cuando se trata del ruido de vehículos, que por pasar durante un lapso muy breve de tiempo por cada lugar, no pueden ser sancionados cuando la responsabilidad es del conjunto de los vehículos.
¿Realmente, el sonido puede dañar mis oídos?
Si- el sonido puede ser peligroso. Si es suficientemente fuerte y duradero, puede dañar su audición. El daño causado por el ruido, llamado Hipoacusia neuro sensorial o pérdida nerviosa, puede ser producido por otros factores además del ruido; pero el daño inducido por el ruido es diferente, en el sentido de que se puede prevenir casi totalmente.
Sus efectos y control
La hipoacusia es un término reservado para aquellos individuos que presentan una pérdida de la audición medible en decibeles. Es sinónimo de pérdida auditiva. La función principal de los responsables de seguridad e higiene es prevenirla o evitarla a través de la implementación de un plan de control del riesgo acústico.
La hipoacusia puede estar originada por dos causas:
Por exposición aguda al ruido originando el traumatismo acústico agudo.
Por exposición crónica al ruido llamada hipoacusia inducida por ruido.
El primer caso se da cuando el oído es sometido a un nivel de ruido de intensidad tal que es suficiente para provocar lesión en un lapso de tiempo corto. El segundo caso se origina por la exposición repetitiva a través del tiempo a un nivel de ruido.
En otras palabras el trauma acústico agudo es un caso típico de accidente de trabajo, violento e inesperado, menos frecuente en la industria. La hipoacusia inducida por el ruido es una enfermedad profesional donde el agente de riesgo actúa en forma permanente, a través de un tiempo prolongado. Para la seguridad industrial se tiene en cuenta generalmente el control de la exposición crónica al ruido.
El objetivo fundamental del control de los niveles sonoros generados por los equipos o máquinas que funcionan en una planta es, sin duda, preservar el sentido de la audición de las personas que en ella trabajan.
¿Puedo ¨endurecer¨ mis oídos?
No. Si usted cree que se ha acostumbrado al sonido fuerte, probablemente éste ya ha dañado su oído, y no hay tratamiento- ni medicina, ni cirugía, ni aún un audífono- que realmente corrija su audición una vez que ésta haya sido dañada por el ruido.
¿La duración del tiempo en que escucho un sonido tiene que ver con el daño que me provoca?
Ciertamente lo es. A mayor tiempo de exposición, más dañino puede ser. Asimismo, cuando más cerca esté de la fuente sonora, más dañina será.
Estudios recientes muestran un aumento alarmante de pérdida auditiva en los jóvenes. Las evidencias sugieren que la música de rock pesado junto al aumento del uso de radios portátiles con auriculares pueden ser responsables de ese fenómeno.
¿Puede el ruido afectar algo más que la audición?
Un zumbido, llamado Acúfeno, aparece comúnmente después de una exposición al sonido, y a menudo es permanente. Algunas personas reaccionan con ansiedad e irritación al ruido fuerte. Y aumento del pulso y la presión, o acidez gástrica. El sonido muy fuerte puede reducir la eficiencia para realizar tareas difíciles, al producir distracción.
Efectos psicológicos
Se considera que existe una asociación entre niveles elevados de ruido ocupacional y el desarrollo de neurosis e irritabilidad. Otros autores sugieren que acelera e intensifica el desarrollo de una neurosis latente, pero no se ha podido comprobar el resultado en investigaciones.
Algunos psicólogos afirman que el ruido puede alterar el equilibrio psíquico, ya que los trabajadores, en ambientes ruidosos, son más agresivos, desconfiados e irritables.
Se ha visto que los trabajadores de turno nocturno, donde el ambiente laboral es menos ruidoso, tienen mejores relaciones interpersonales y conviven después del horario de trabajo. La posibilidad y el deseo de la interacción social en el turno diurno son menores porque los obreros de una fábrica ruidosa no pueden oírse unos a otros; tienen que gritar y se enojan rápidamente.
Algunas investigaciones indican que en los ambientes ruidosos es menos probable que las personas se ayuden unas a otras y más probables que se presenten comportamientos antisociales (Suter, 1992).
Estrés
En condiciones reales de trabajo el ruido está asociado a otras molestias o factores de carga y estrés. Por ello de impone una extremada prudencia a la hora de interpretar datos subjetivos. En los casos de estrés, el ruido puede aparecer como el chivo expiatorio de problemas que no tienen con él más que una relación lejana; como, por ejemplo, problemas ergonómicos, psicosociales u organizacionales. Sin embargo no es conveniente subestimar la contribución del ruido a la carga de trabajo y al estrés profesional.
Insatisfacción
El ruido ha sido a menudo una fuente de insatisfacción en oficinas. Varias encuestas realizados sobre oficinistas norteamericanos incluían una pregunta en que los participantes elegían entre una lista de diecisiete características de su entorno las dos o tres más importantes a la hora de desempeñar sus correspondientes tareas. Las más escogida era "la habilidad para concentrarse sin ruido u otras distracciones" (Louis Harris y Asociados, 1978). En este estudio se puede observar como el ruido es una de las características de trabajo más valoradas, y de las primeras en hacerse notar cuando se sobrepasa un cierto nivel.
En un estudio realizado (Boyce, 1974), los empleados se mudaron de cinco edificios a otro teóricamente mejor y más nuevo, en el cual más de la mitad de ellos se veían afectados por los ruidos, a pesar de su relativamente bajo nivel de sonoridad en el ambiente, 54 dBA. De igual modo, el estudio de Kraemer, Sieverts (1977), incluía mediciones de sonido ambiente en diecinueve oficinas, pero no encontraron ninguna relación entre los niveles de sonido y la molestia ocasionada por el ruido. En quince oficinas ellos tomaron más de 8000 lecturas de sonido ambiente con sonómetros y no supieron relacionar dichas mediciones y la molestia existente en 519 empleados.
No estaremos utilizando al ruido como chivo expiatorio en los problemas de insatisfacción?
Conclusiones
Como hemos podido observar a lo largo del estudio, no encontramos una respuesta clara a como afecta el ruido en el rendimiento y la producción de errores. Si nos basamos en el prototipo de empleo de la sociedad actual encontramos un trabajo con múltiples tareas, en el que se realiza gran variedad de actividades (labores de vigilancia, mentales, motoras, etc.) que hace resulte bastante difícil saber como afectará el ruido en un tipo de trabajo debido a la gran complejidad de éste, ya que los estudios realizados resultan sumamente específicos como para extrapolarlos al empleo actual. Aún así nos pueden dar una idea según la actividad que predomine en el trabajo.
No obstante encontramos numerosas contradicciones en según que estudios que pueden hacer dudar acerca de la veracidad éstos. Quizá por eso encontramos la necesidad de seguir investigando y realizando nuevos estudios con parámetros similares que ayuden a encontrar un consenso.
En otro aspecto como las interferencias en la comunicación encontramos con claridad una disminución del rendimiento y un aumento de la producción de errores con posibilidad que causar grandes destrozos y pérdidas de vidas.
En lo que concierne a los efectos del ruido sobre la salud física también encontramos una falta de consenso que puede ser debida a la diferencia entre los estudios realizados (diferencias metodológicas, falta de datos, etc.) y la necesidad de unificación de criterios para estudios posteriores, así como la necesidad de realizar estudios de cohorte que den más veracidad que los estudios transversales realizados. Seguramente así encontraríamos una respuesta en consenso, probablemente una relación causal positiva, que daría una visión más clara del tema.
Para encontrar una respuesta factible entre la relación ruido-salud psíquica, también será necesario encontrar respuesta, no tanto a las diferencias metodológicas, sino a la inmersión de variables de confusión (estrés, insatisfacción, etc.) que hacen dudar de que la relación sea clara.
En general, pensamos que desde el marco general de todas las causas que afectan a la relación ruido, rendimiento en el trabajo y producción de errores requerimos de nuevos estudios basados en el enfoque actual del trabajo, con unificación de criterios entre investigadores y eliminando las variables de confusión.
¿Quién debería usar protección?
Si usted trabaja en un ambiente excesivamente ruidoso debería usar protectores. Debería también usarlos si utiliza herramientas a motor, equipos ruidosos, o armas de fuego.
¿Cuán efectivos son?
Los dispositivos de protección acústica disminuyen la intensidad del sonido que llega al tímpano. Vienen en dos formas: Tapones y Auriculares.}
Los tapones se alojan dentro del conducto auditivo externo. Para ser efectivos deben sellar totalmente el canal. Existe una variedad de formas y tamaños y también pueden ser hechos a medida. Para las personas que tienen problemas para mantenerlos en el oído, se pueden adaptar a una bincha.
Los auriculares producen un cierre hermético sobre la oreja bloqueando el canal, y se mantienen en posición con una banda ajustable. No funcionan bien sobre anteojos o con pelo largo.
Colocados adecuadamente los tapones o los auriculares pueden reducir el ruido entre 15 a 30 dB. Los mejores tapones o auriculares son aproximadamente iguales en reducción sonora, aunque los tapones son mejores para bajas frecuencias y los auriculares lo son para ruidos de alta frecuencia.
El uso simultáneo de ambos usualmente agrega 10 o 15 dB más de protección. El
Uso combinado debería considerase cuando el ruido supera los 105 dB.


Protección Auditiva Personal

Características y criterios de selección
Según los criterios de seguridad laboral, el uso de protección auditiva personal debe ser la última medida de seguridad a adoptar para la conservación la audición. Antes se deben agotar todas las medidas de control del ruido desde la fuente de generación o el medio a través de cambios ingenieriles, modificaciones del proceso o instalación de sistemas de absorción del ruidos que impidan la propagación del mismo a través de la colocación de elementos aislantes acústicos como paneles absorbentes, pantallas, etc.
En algunas oportunidades, cuando es posible disminuir el ruido a niveles no dañinos y dicha medida a implementar no se puede realizar en un corto lapso, se recomienda el uso provisorio de protección auditiva.
Muchas veces los medidas de control de ruido en la fuente y en el medio de propagación se vuelven no prácticas o sumamente costosas por lo que la única alternativa es la protección auditiva.
En el mercado existe gran variedad de tipos y modelos de protección auditiva. Básicamente se clasifican en:
Tapones o Insertores: se que colocan en el conducto auditivo externo.
Cobertores u Orejeras: encierran completamente el pabellón auditivo y la zona ósea que rodea la oreja.
A continuación se detallan algunos ejemplos de equipos que se encuentran en el mercado con las principales características. Esta últimas varían de acuerdo al fabricante pero encontramos básicamente:

Puede ser de varios materiales. Los más comunes son de PVC. El diseño de tres bandas permiten que el tapón se adapte mejor al conducto auditivo. Generalmente vienen con una cajita para su conservación. Son reutilizables y el mantenimiento del mismo pasa por el lavado diario con agua tibia y jabón neutro.
Generalmente son de un material que permita el auto ajuste de tapón al conducto auditivo. Son anatómicos dado que se adaptan al mismo. Generalmente son de espuma de poliuretano. Requieren ser enrollados para su colocación. Vienen acompañados de una bolsa. Son descartables por lo que no deben lavarse ni usarse más de una semana.


Son del mismo material que el anterior, por lo que son anatómicos, pero son reutilizables. Requieren ser lavados con agua tibia y jabón neutro. Si se los mantiene adecuadamente pueden durar semanas.
Es un producto muy higiénico. Constan a diferencia de los anteriores con una banda plásticas que ejerce baja presión en los oídos. La estructura de la banda permite que cuando no se utiliza se pueda colocar en cualquier superficie, sin que los tampones entren en contacto con la misma, conservando la higiene del producto. Generalmente están acompañados por un repuesto de tapones. Es una protección intermedia entre un tapón y una  orejera. También requiere ser lavado.


Orejera multiposiciones. Deben ser cómodos y livianos. Tienen como desventaja que en épocas de calor son poco confortables. Son de alta durabilidad y robustos. Deben ser mantenidos limpiando el equipo con un paño húmedo.
Orejeras montables. La mayoría se adaptan a cualquier tipo de casco. Presentan las mismas características que las anteriores.


Dispenser de tapones descartables. Se utilizan para los visitantes. Son de muy bajo costo dado que su utilización es muy corta y se desechan.

Los equipos anteriormente descriptos deben cumplir con una serie de requisitos:
Atenuación adecuada.
Confort.
Facilidad de colocación.
Bajo costo inicial.
Durabilidad (en el caso de equipos más costos).
Higiene.
La atenuación es uno de los principales requisitos anteriormente citados. Se define como la cantidad de sonido que el protector impide que llegue a los oídos, se expresa en dB y varía en función de la frecuencia.
Para la medición o determinación de la atenuación de un protector auditivo se utilizan diferentes metodologías. En nuestro país se aplica la Norma IRAM 4060.
En general se cree que los protectores auditivos de copa u orejeras dan una mayor protección que los insertores. Esto es un error dado que la atenuación de los mismos va a depender de la buena calidad del elemento y su correcta utilización y no del modelo.
Colocados adecuadamente los tapones o los auriculares pueden reducir el ruido, de acuerdo a las características de los mismos, entre 15 a 30 dB.  El uso simultáneo de ambos generalmente agrega 10 a 15 dB más de protección. El uso combinado es aplicable cuando el ruido supera los 105 dB.
Cuando en un ambiente ruidoso se implementa el uso de un determinado protector auditivo, hay que determinar cual es el nivel efectivo de ruido que el personal expuesto soporta utilizando los protectores. Para ello es necesario realizar una medición de ruido en bandas de octavas y contar con la atenuación del protector para cada una de las frecuencias medidas, proporcionada por el fabricante.  La metodología de medición y cálculo de esta medición, en nuestro país, se encuentra explicada en la Norma IRAM 4079.
Supongamos que contamos con la medición de ruidos en las distintas frecuencias, el primer paso es corregir los niveles medidos los valores de compensación A. A los valores corregidos se les resta la atenuación del protector en cada una de las frecuencias y se obtiene el Nivel Efectivo Parcial para cada una. Finalmente se deben integrar los Niveles Efectivos Parciales a través de una fórmula logarítmica obteniendo el Nivel Efectivo.  A modo de ejemplo se muestra el siguiente cálculo.

Esta metodología se debe aplicar a todas las fuentes sonoras y luego se debe calcular el Nivel Sonoro Continuo Equivalente, teniendo en cuenta los valores efectivos calculados para cada fuente.
Actualmente se está tratando de simplificar la tarea de selección y comparación de la protección auditiva en relación a la atenuación sonora. Esto consiste en clasificar al protector auditivo mediante un número, en lugar de una curva de atenuación. Este número es el Rango de Reducción Sonora (Noise Reduction Rating- NRR), entregado por el fabricante, lo que hace más sencillo el cálculo del Nivel Efectivo, dado que no es necesaria la medición de ruido por frecuencias. El sistema de cálculo es el siguiente:
Nivel Efectivo dB (A): Nivel sonoro dB(C)- NRR
Nivel Efectivo dB (A): Nivel sonoro dB(A) + 7 dB – NRR
Muchos estudios han demostrado que los trabajadores que usan protectores auditivos reciben la mitad o menos de la reducción de decibeles que les ofrecería en teoría el mismo debido, principalmente, porque no se utilizan continuamente o porque no se colocan adecuadamente.
De aquí surge la importancia de implementar un programa de conservación de la audición que pase fundamentalmente,  por la selección del protector adecuado, la utilización continua del mismo y el entrenamiento del personal.
El protector ideal será aquel que tenga una buena atenuación y que garantice una total confortabilidad. Muchas veces los prevencionistas priorizan la atenuación sin tener en cuenta la comodidad de utilizar el equipo. Esto es un error, dado que un protector de muy buena atenuación en una mesa o en el bolsillo va a proteger menos que otro  de menor atenuación, pero cómodo, correctamente colocado y utilizado durante todo el tiempo de exposición.
Además hay que tener en cuenta que estudios realizados han demostrado que si un protector es usado durante un 50 % del tiempo de exposición, su protección efectiva disminuye a sólo 3 dB (A). Es así que si una persona está expuesta a un nivel sonoro de 100 dB(A) de NSCE (Nivel Sonoro Continuo Equivalente), y usa un protector auditivo sólo el 50 % de exposición, el ruido que recibe es de 97 dB(A).
Surge entonces la necesidad de realizar un correcto entrenamiento al personal donde se fundamente la utilización continua de los equipos entregados, los procedimientos de mantenimiento y limpieza de los equipos y las formas de utilización y colocación correctas de los mismos.
¿Porqué no puedo usar simplemente algodón?
Las pelotillas de algodón o papel colocados en el canal son una protección poco eficaz; solamente reducen el ruido en no más de 7 dB.
¿Cuáles son los problemas comunes de los protectores acústicos?
Algunos estudios han determinado que la mitad de los trabajadores que usan protectores acústicos reciben la mitad o menos de la reducción potencial de éstos porque no los utilizan continuamente o porque no calzan adecuadamente.
Un protector acústico que da un promedio de 30 dB de reducción si es usado continuamente durante 8 Hs equivale a solo 9 dB si solo se quita durante una hora. Esto es así porque los decibeles se miden en una escala logarítmica, y hay 10 veces más energía sonora por cada 10 dB de aumento.
Durante la hora sin protección, el trabajador esta expuesto a 1.000 veces más energía sonora que si tuviera colocados los tapones o auriculares.
Además, la exposición al ruido es acumulativa. Así el ruido en el hogar o en el juego debe ser contado como parte de la exposición TOTAL de cada día. Un máximo permitido en el trabajo seguido por la exposición al ruido de una máquina de cortar el pasto o música fuerte definitivamente exceden los límites diarios de seguridad.
Aún si los tapones o auriculares se utilizan continuamente en el ruido, son de poca utilidad si no producen un cierre hermético.
Cuando usa protectores acústicos, debe oír su propia voz más fuerte y profunda. Ese es un signo de que los protectores están correctamente colocados.
¿Puedo escuchar a otras personas o problemas en la maquinaria cuando uso protectores auditivos?
Así como los anteojos para el sol ayudan a ver mejor con luz brillante, también los protectores realzan la comprensión del habla en lugares ruidosos. Aún en un ambiente silencioso, un normo- oyente que use protectores debería entender una conversación regular.
Los protectores reducen ligeramente la habilidad para entender una conversación normal, en aquellos con daño auditivo o pobre comprensión del lenguaje. Sin embargo, es esencial que aquellas personas con audición disminuida usen tapones o auriculares para prevenir daños aún mayores.
Se ha argumentado que los protectores podrían reducir la habilidad del trabajador para percibir los ruidos que significan un funcionamiento incorrecto de las máquinas. Sin embargo, la mayoría rápidamente se adapta a los sonidos suaves y puede detectar esos problemas.
¿Qué pasa si mis oídos están dañados previamente? ¿Cómo puedo saber?
La pérdida auditiva se desarrolla usualmente durante un período de años. Dado que es indolora y gradual, puede no notarla. Lo que podría notar es un zumbido o campanilleo en el oído, debido a un daño en el oído interno, entre otras causas, por una larga exposición al ruido. O, puede tener dificultades para entender lo que otras personas dicen; parece que hablan entre dientes, especialmente cuando están en un ambiente ruidoso como en una multitud o en una fiesta. Éste puede ser el comienzo de una pérdida en las altas frecuencias; Un estudio audiológico puede detectarlo.
Si tiene cualquiera de estos síntomas, podría simplemente tener nada más serio que un tapón de cera o una infección, que pueden ser fácilmente corregidos. Sin embargo, podría ser un daño causado por el ruido. En cualquier caso, no le dé chances al ruido- La pérdida auditiva que éste produce es permanente. Si sospecha una pérdida auditiva, consulte a un médico con entrenamiento especial en la atención de los problemas del oído. (OTORRINOLARINGOLOGO). Este doctor puede diagnosticar su problema de audición y recomendarle la mejor forma de manejarla.
¿Hay leyes laborales?
La exposición habitual al ruido por arriba de 85dB causará una pérdida gradual en un número significativo de individuos. , Y ruidos más intensos empeorarán el daño. Para oídos no protegidos, el tiempo de exposición permitido decrecerá a la mitad por cada 5dB de incremento en el nivel sonoro promedio. Por ejemplo, la exposición está limitada a 8 Hs. A 90 dB, 4 Hs. A 95 dB, y 2 Hs a 100 dB.. La más alta exposición al ruido permisible para un oído no protegido es 115 dB durante 15 minutos por día, Ningún ruido por arriba de 140 dB está permitido.
La Administración de Salud y Seguridad Ocupacional (USA), en su enmienda de 1983, requiere programas de conservación de la audición en lugares de trabajo ruidosos. Esto incluye un test anual de audición a más de 5.000.000 obreros expuestos a un promedio de 85 dB o más durante una jornada de 8 Hs.
Idealmente, la maquinaria ruidosa y los lugares de trabajo deberían ser diseñados para ser más silenciosos o disminuirse el tiempo trabajado en el ruido; sin embargo, el costo de estas acciones es a menudo prohibitivo. Como una alternativa, se requieren protectores individuales cuando el ruido durante 8 Hs es más que 90dB.
Cuando las mediciones de ruido indican que se debe usar protección acústica, el empleador debe ofrecer al menos un tipo de tapones y un tipo de auriculares sin costo. Si el test de audición anual demuestra una pérdida de 10 o más dB en los tonos agudos de cualquier oído, el trabajador debe ser informado y usar protectores cuando el promedio de ruido es más de 85 dB. Pérdidas de audición mayores y/o la posibilidad de enfermedades del oído podrían indicar la necesidad de una consulta al otorrinolaringólogo.
ANEXO V
Correspondiente a los art. 85 a 94 de la Reglamentación aprobada por Decreto 351/79
CAPITULO XIII
Ruidos y Vibraciones
1. Definiciones
Nivel Sonoro Continuo Equivalente (N.S.C.E.): Es el nivel sonoro medio en el d B (A) de un ruido supuesto constante y continuo durante toda la jornada, cuya energía sonora sea igual a la del ruido variable medido estadísticamente a lo largo de la misma.
2. Dosis máxima admisible


Ningún trabajador podrá estar expuesto a una dosis superior a 90 dB (A) de Nivel Sonoro Continuo Equivalente, para una jornada de 8 h y 48 h semanales.
Por encima de 115 d B (A) no se permitirá ninguna exposición sin protección individual ininterrumpida mientras dure la agresión sonora. Asimismo en niveles mayores de 135 dB (A) no se permitirá el trabajo ni aún con el uso obligatorio de protectores individuales.
3. Instrumental
A los efectos de esta reglamentación, los instrumentos a utilizarse deberán cumplir con las siguientes normas:
3.1.  Medidor de nivel sonoro según recomendación: IEC R 123; IEC 179; IRAM 4074.
3.2. Medidor de impulso con constantes de integración de 35 a 50 milisegundos según recomendación: IEC R 179.
3.3. Filtros de bandas de octava, media octava y tercio de octava según recomendaciones: IEC 4225; IRAM 4081.
3.4. Clasificador estadístico: en 12 rangos de 5 d B cada uno con muestra de 0,1 seg.
3.5. Acelerómetro según recomendaciones IEC 184; IEC 224.
4. Medición del nivel sonoro
4.1.  Cuando los niveles sonoros sean determinados por medio del medidor de nivel sonoro, se utilizará la red de compensación "A" en respuesta lenta.
4.2. La determinación se efectuará con el micrófono ubicado a la altura del oído del trabajador preferiblemente con éste ausente.
5. Cálculo del nivel sonoro de ruidos no impulsivos.
5.1.  Si los ruidos son continuos y sus variaciones no sobrepasan los +- 5 dB, se promediarán los valores obtenidos en una jornada típica de trabajo.
5.2. Si los ruidos son discontinuos o sus variaciones sobrepasan los + 5 dB, se hará una medición estadística, clasificando los niveles en rangos de 5 dB y computando el tiempo de exposición a cada nivel.

5.3. Para el caso en que el nivel general ambiente sea estable dentro de los + 5 dB y existan operaciones con nivel mayor que el del ambiente pero también estable dentro de dichos límites, de duración no menor de 3 minutos y con ritmo de repetición no inferior a un minuto, se podrá efectuar el cómputo con el solo uso de un cronómetro de precisión.
5.4. Cuando los ruidos medidos contengan tonos puros audibles, se agregarán 10 dB a la lectura del instrumento antes de determinar la dosis.Se consideran tonos puros audibles, aquellos que incrementen el nivel de una banda de tercio de octava en por lo menos 10 dB con respecto a sus contiguas.

5.5. Con los valores obtenidos se computará el nivel sonoro continuo equivalente (N.S.C.E.), utilizándose el ábaco N. 1 cuando el ruido no varíe fundamentalmente de una jornada típica a otra.

5.6. Cálculo del nivel sonoro continuo equivalente (N.S.C.E.) a base de evaluación semanal.
A los efectos de la aplicación de este procedimiento se definen los siguientes índices:
a)  Índice parcial de exposición al ruido (Ei): Índice determinado por un solo nivel sonoro y su duración, dentro de una semana de 48 horas.

b) Índice compuesto de exposición al ruido (Ec): Suma de los índices parciales de exposición al ruido para todos los niveles sonoros de 80 dB o más, sobre una semana de 48 horas.

Procedimiento.
1.  Se introduce en la columna 1 de la tabla 1 la duración total durante una semana de cada nivel sonoro y se lee en la intersección con el correspondiente nivel sonoro el índice parcial de exposición (Ei).

2. La suma aritmética de los índices parciales (Ei) de exposición así obtenidos es el índice compuesto de exposición (Ec).

3. Se entra con el valor del índice compuesto de exposición en la tabla 2 y se lee en ella el nivel sonoro continuo equivalente.
5.7.  Los valores permisibles de nivel sonoro referidos a la exposición máxima en horas por día, son los que se expresan en la tabla 3.

5.8. Cuando los ruidos se repitan en forma regular en el tiempo, será suficiente con emplear el ábaco N. 1 para el cálculo de N.S.C.E. Bastaría con determinar los tiempos de exposición a cada uno de los varios niveles observados. Uniendo el nivel con su tiempo de duración mediante una recta, se leen los índices parciales f en la vertical central del ábaco. Luego se suman los índices f parciales y en la misma vertical se lee el N.S.C.E. (Neq) al costado opuesto al índice total resultante.
6. Cálculo del nivel sonoro de ruidos de impacto.
6.1.  Se considerarán ruidos de impacto a aquellos que tienen un crecimiento casi instantáneo, una frecuencia de repetición menor de 10 por segundo y un decrecimiento exponencial.
6.2. La exposición a ruidos de impacto no deberá exceder los 115 dB medidos con el medidor de impulsos en la posición impulsiva con retención de lectura. En caso de disponer solamente de un medidor de niveles sonoros común, se usará la red de compensación "A" en respuesta rápida, debiéndose sumar 10 dB a la lectura del instrumento.
6.3. Cuando la frecuencia de repetición de los ruidos de impacto sea superior a los 10 por segundo, deberán considerarse como ruidos continuos, aplicándose para el cálculo lo establecido en el apartado 5.
7. Cálculo del nivel sonoro de ruidos impulsivos:
7.1.  Se considerarán ruidos impulsivos aquellos que tienen un crecimiento casi instantáneo y una duración menor de 50 milisegundos.

7.2. Los valores límites para los ruidos impulsivos son los que se indican en el gráfico 1.
Para utilizar este gráfico deben conocerse: el total de impactos en una jornada media de trabajo, la duración aproximada de cada impacto en milisegundos y el nivel pico de presión sonora del impacto más intenso registrado oscilo gráficamente o con un instrumento capaz de medir valores pico.


8. Infrasonidos y ultrasonidos.
8.1.  Cuando se sospeche la existencia de infrasonidos por ejemplo, hornos de fundición y grandes plantas generadoras, los criterios de aceptabilidad provisorios establecidos en la tabla 4 servirán de base.
En cuanto a ultrasonidos puede seguirse un criterio similar, utilizando la tabla 5.
9. Trabajos de mantenimiento.
9.1.  Los obreros que realicen trabajos de conservación o mantenimiento (electricistas, pintores, gasistas, albañiles, carpinteros y en general ingeniería de fábrica) por estar expuestos en forma muy variable deberán ser controlados en las formas indicadas a continuación.
9.2. En fábricas con turnos normales de trabajo (8 h. matutino u 8 h. vespertino), los trabajos de mantenimiento se realizarán fuera de los horarios de actividad.
9.3. En los casos de actividad industrial continua, se determinarán con la Oficina de Personal para los lugares con exposiciones iguales o mayores de 90 dB de NSCE las exposiciones del NSCE mayor o igual a 90 dB (A) a lo largo del último año que según los planes de trabajo para dicho lapso hubieren realizado tales obreros.
Las tareas impostergables de mantenimiento deberán realizarse obligatoriamente con protección auditiva ininterrumpida.
10. Vibraciones.
10.1.  Las vibraciones no deberán exceder los valores prescriptos en el gráfico 2 en función del tiempo diario de exposición indicado en los parámetros.
10.2. Si no es posible medir con precisión la frecuencia de las vibraciones, se deberá atener a los valores más bajos, no excediendo 0,1 "g" para 8 horas de exposición, ni 1 "g" para un minuto diario. ("g": aceleración de la gravedad).
11. Cálculo del N.S.C.E. cuando se usen protectores auditivos:
El procedimiento para calcular el nivel sonoro continuo equivalente, cuando se usen protectores auditivos es el siguiente:
11.1.  Se realiza una medición del ruido de acuerdo con lo indicado en el apartado 5, pero con filtros de banda de octavas insertados en el equipo de medición.

11.2. Se corrigen los niveles sonoros de banda de octavas con los valores indicados en la Tabla 6.

Nota: Los valores corregidos pueden encontrarse directamente, si los niveles de presión de banda se miden con la red "A" insertada en la línea de medición.

11.3. Se resta la atenuación del protector auditivo en cada banda de octava, del nivel de banda corregido en 2.

Los resultados se llaman N63; N125; etc., hasta N8000 respectivamente.
11.4. Se calcula el nivel efectivo total (N) mediante la expresión:

11.5.  Nef es el nivel efectivo en dB a usarse para el cálculo del nivel sonoro continuo equivalente cuando se utilizan protectores auditivos.
TABLA 1
Índice parcial de exposición (Ei) para niveles sonoros entre 80
dBA y 115 dBA y duración hasta 48 h por semana
Duración por semana
Nivel sonoro en d BA
horas
minutos
80
85
90
95
100
105
110
115

10
o menos




5
10
35
110

12




5
15
40
130

14




5
15
50
155

16




5
20
55
175

18




5
20
60
195

20




5
20
70
220

25



5
10
25
85
275
0,5
30



5
10
35
105
330

40



5
15
45
140
440

50



5
15
55
175
550
1
60


5
5
20
65
220
660

70


5
10
25
75
245
770

80


5
10
25
85
275
880
1,5
90


5
10
30
100
300
990

100


5
10
35
110
345
1100
2
120


5
15
40
130
415
1320
2,5



5
15
50
165
520
1650
3



5
20
60
195
625
1980
3,5


5
5
25
75
230
730
2310
4


5
10
25
85
265
835
2640
5


5
10
35
105
330
1040
3290
6


5
15
40
125
395
1250
3950
7


5
15
45
145
460
1460
4610
8


5
15
50
165
525
1670
5270
9


5
20
60
185
595
1880
6930
10

5
5
20
65
210
660
2080
6590
12

5
10
25
80
250
790
2500
7910
14

5
10
30
90
290
920
2900
9220
16

5
10
35
105
335
1050
3330
10500
18

5
10
35
120
375
1190
3750
11900
20

5
15
40
130
415
1320
4170
13200
25

5
15
50
165
520
1650
5210
16500
30

5
20
60
195
625
1980
6250
19800
35

5
25
75
230
730
2310
7290
23100
40

10
25
85
265
835
2640
8330
26400
44

10
30
90
290
915
2900
9170
29000
48

10
30
100
315
1000
3160
10000
31600

TABLA 2
INDICE COMPUESTO DE EXPOSICIÓN
Índice Parcial (Ei)
Nivel sonoro continuo equivalente (N eq)
dBA
10
80
15
82
20
83
25
84
30
85
40
86
50
87
60
88
80
89
100
90
125
91
160
92
200
93
250
94
315
95
400
96
500
97
630
98
800
99
1000
100
1250
101
1600
102
2000
103
2500
104
3150
105
4000
106
5000
107
6300
108
8000
109
10000
110
12500
111
16000
112
20000
113
25000
114
31500
115





TABLA 3
Exposición Diaria
Nivel Máximo Permisible
Horas
Minutos
dB (A)
8
--
90
7
--
90,5
6
--
91
5
--
92
4
--
93
3
--
94
2
--
96
1
--
99
--
30
102
--
15
105
--
1
115

TABLA N. 6
Frecuencia centro de octava Hz
63
125
250
500
1000
2000
4000
8000
Corrección dB
-26
16
9
3
0
+ 1
+ 1
- 1

Nota: TABLA N. 4 - Criterio de exposición a infrasonidos: No Grabable.
Nota: TABLA N. 5 - Criterio de exposición a ultrasonidos: No Grabable.
Nota: GRAFICO N. 1 - Límites para exposición diaria a ruidos impulsivos: No Grabable.
Nota: GRAFICO N. 2 - Límites de aceleración longitudinal en función de la frecuencia y del tiempo de exposición: No Grabable.
Nota: ABACO N. 1 - Ábaco para calcular nivel sonoro continuo equivalente: No Grabable.


NORMAS IRAM SOBRE ACUSTICA
NORMA IRAM 4043: aislamiento del sonido en edificios
NORMA IRAM 4121: materiales para uso bajo piso flotantes. Determinación de la rigidez dinámica.
NORMA IRAM 4044: Protección contra el ruido en edificios. Aislamiento acústico mínimo de tabiques y muros.





ISO y La EDAD
ISO es la sigla en inglés de International Organization for Standardization, es decir, Organismo In-ternacional de Normalización. Esta institución agrupa institutos nacionales como nuestro IRAM (Instituto Argentino de Normalización), y emite normas internacionales luego de someterlas a la votación de sus miembros. Estas normas son el resultado del trabajo de diversos comités técni-cos, en los que participan representantes de los diversos organismos nacionales. Una vez que un comité elabora un borrador (draft), el mismo pasa a consideración de sus miembros, y finalmente a votación. Los procedimientos de aprobación son severos, requiriéndose una mayoría especial del 75% para que un borrador se transforme en Norma.
Las normas internacionales, de igual modo que las nacionales, son de adhesión voluntaria, vale decir que constituyen bases para un compromiso o acuerdo explícito o implícito entre dos o más partes. Sin embargo, en muchas oportunidades pasan a formar parte de legislaciones de alcance local, nacional o internacional.
Las normas correspondientes a acústica son preparadas y discutidas por el comité técnico ISO/TC 43 Acoustics, que ha emitido una considerable cantidad de normas internacionales. Muchas de las normas establecen procedimientos de medición que garanticen resultados correctos y repetibles cuando los mismos son aplicados por diversas personas o laboratorios. Otras normas, como la que nos ocupa, se refieren a los efectos esperables cuando se aplican determinados es-tímulos al ser humano. Para su trabajo, este comité reúne resultados de numerosos trabajos científicos, los compara y compatibiliza, obteniendo relaciones que gocen del máximo consenso o acuerdo posible en un determinado estado de avance del conocimiento sobre el asunto considerado.
Norma Internacional ISO 1999
Esta Norma Internacional, denominada "Acústica - Determinación de la exposición a ruido laboral y estimación de la pérdida auditiva inducida por ruido", presenta una relación estadística entre la exposición a ruido y el desplazamiento permanente del umbral auditivo. Debido a la imposibilidad ética de experimentar intencionalmente con la audición humana, por ejemplo induciendo pérdidas auditivas por exposición a ruidos controlados, los científicos recurrieron a reunir grandes cantida-des de datos obtenidos de situaciones de exposición a ruidos de carácter laboral. La gran diversi-dad de situaciones inspeccionadas ha permitido efectuar correlaciones de gran significación estadística, las cuales a su vez constituyen en su conjunto la fuente a partir de la cual se ha elaborado esta Norma. Aún cuando los datos se obtuvieron en condiciones laborales, con ciertos cuidados son extrapolables a otros ruidos no laborales.
La Norma ISO 1999 tiene dos ediciones, de las cuales, como sucede siempre, la que tiene vigen-cia es la más reciente (1990). La diferencia entre ambas es que en la edición original (1975) se establecía un criterio para valorar el riesgo auditivo, es decir, se proporcionaba una definición de pérdida auditiva global en función de las características de la exposición. Ello implica tomar ciertas decisiones en cuanto a lo que se considera aceptable. Así, un criterio permisivo consideraría que una pérdida promedio de 30 dB no implica deterioro de la audición, mientras que un criterio más exigente podría imponer un límite de 10 dB en todas las frecuencias. La nueva edición, en cam-bio, se limita a decir cuál es el desplazamiento del umbral esperable ante determinadas condicio-nes de exposición, dejando a cada usuario la responsabilidad de definir cuánto se considera acep-table y cuánto no.
Terminología
A los efectos de la Norma, se utiliza la siguiente terminología y simbología:
  • LpA Nivel de presión sonora compensado A (nivel sonoro A). La compensación A consiste en un filtro que atenúa las componentes más graves (baja frecuencia) y más agudas (alta frecuencia) antes de la medición propiamente dicha, bajo la hipótesis de que su efecto es menos perjudicial.
  • LAeq,T Nivel de presión sonora compensado A continuo equivalente (nivel sonoro continuo equivalente). Es el nivel sonoro promediado durante un tiempo T.
  • LEX, 8h Nivel de exposición a ruido referido a 8 horas. Es el nivel sonoro de un ruido constante durante 8 horas que produce el mismo efecto que el ruido dado durante el tiempo efectivo en que éste tiene lugar.
  • H Desplazamiento del umbral auditivo debido a la edad.
  • N Desplazamiento del umbral auditivo debido al ruido.
  • H' Desplazamiento del umbral auditivo debido a la edad y al ruido.
  • Q Fractil (fracción de la población con peor audición que una dada).
El parámetro que permite medir o expresar el grado de deterioro auditivo es el desplazamiento del umbral, es decir, el incremento del mínimo nivel de presión sonora audible. Este desplazamiento del umbral depende de la frecuencia, y puede depender además de multitud de factores. A los fines de esta Norma, los factores que se consideran son el sexo, la edad y la exposición al ruido.
Desplazamiento del umbral asociado con la edad
En primer lugar se considera el desplazamiento del umbral debido sólo a la edad, es decir, el que corresponde a la presbiacusia. Existen dos posibilidades. La primera es considerar que se trata de personas "otológicamente normales", es decir, personas en buen estado de salud, sin anteceden-tes de enfermedades auditivas ni de exposición indebida a ruidos. Esto da origen a lo que se de-nomina base de datos A, y es objeto de otra norma ISO, la 7029. La ISO 1999 contiene un resu-men de dicha base de datos.
La segunda alternativa es considerar una población real no expuesta a ruidos laborales, pero re-presentativa de una determinada sociedad, zona geográfica o nación, lo cual da origen a una ba-se de datos B. En este caso se admite la exposición normal a ruidos de carácter social, como el ruido del tránsito o el bullicio propio de las grandes urbes. Como tal corresponde al concepto de socioacusia. La Norma ISO 1999 sugiere que cada país debería realizar investigaciones a fin de determinar su propia base de datos B, brindando un ejemplo correspondiente a países industriali-zados típicos.
Un concepto clave en esta norma es el de la distribución estadística del umbral auditivo en la po-blación estudiada en cada caso. Comenzamos estableciendo el concepto de fractil Q asociado a un indicador dado; en este caso, el desplazamiento del umbral debido a la edad. Se indica con HQ el desplazamiento del umbral tal que una fracción Q de la población considerada tiene un despla-zamiento del umbral debido a la edad mayor que HQ. Por ejemplo, si Q = 0,1 y estamos estudiando una población de varones de 50 años, entonces resulta que para 4000 Hz se tiene HQ = H0,1 = 37 dB. Esto significa que un 10% de los varones de 50 años tiene un desplazamiento mayor de 37 dB en la frecuencia 4000 Hz.
El fractil Q = 0,5 reviste una importancia particular, denominándose mediana al correspondiente desplazamiento del umbral. Dicho HQ es el valor de desplazamiento tal que la mitad de la pobla-ción (es decir el 50%) tiene peor audición que tal valor. La Norma establece una fórmula para de-terminar la mediana en función de la frecuencia y de la edad. En la figura 1 se ha representado gráficamente esa relación. Se observa que por debajo de 18 años no existe desplazamiento apre-ciable, y también que a mayor edad y a mayor frecuencia el desplazamiento empeora.

Figura 1. Mediana del desplazamiento temporal debido a la edad para una población de varones, como función de la edad y de la frecuencia, según la base de datos A
La Norma prosigue dando un procedimiento de cálculo para determinar los desplazamientos del umbral correspondientes a los restantes fractiles. Este procedimiento es relativamente elaborado, razón por la cual lo omitiremos. En la práctica puede recurrirse a unas tablas consignadas en la propia Norma, así como en la Norma ISO 7029. Como ejemplo, en la Tabla 1 se incluyen los valo-res correspondientes a las frecuencias 1000 Hz, 2000 Hz y 4000 Hz para varones de 40 y 60 años, y para los fractiles 0,90, 0,50 y 0,10
Tabla 1. Desplazamiento del umbral HQ en dB para diversas frecuencias, edades y fractiles
Frecuencia [Hz] Edad [años].
Frecuencia
[Hz]
Edad [años]
40
60
0,90
0,50
0,10
0,90
0,50
0,10
1000
-5
2
11
-2
7
19
2000
-6
3
15
-1
12
29
4000
-4
8
23
7
28
55
Puede resultar curioso que los desplazamientos correspondientes al fractil 0,90 sean negativos. Por ejemplo, para varones de 40 años, el desplazamiento H0,9 a 2000 Hz es de -6 dB. Ello significa que el 90 % de dicha población tiene un umbral de audición a esa frecuencia superior a -6 dB respecto al umbral normal. También puede interpretarse como que el 10 % restante tiene una audición mejor en 6 dB con respecto a la normal. En otras palabras, en toda población siempre exis-te un pequeño porcentaje de individuos con audición superior a lo normal.
Desplazamiento permanente del umbral debido al ruido
Consideremos ahora el desplazamiento del umbral debido a la exposición sistemática al ruido. En este caso se consideran dos factores: la intensidad de la exposición, expresada a través del nivel de exposición referido a 8 horas, LEX, 8h, y su extensión, en años. Es interesante destacar que se efectúa aquí la abstracción de suponer que el intervalo es independiente de la edad. Luego se in-dicará cómo tener en cuenta simultáneamente el efecto del ruido y de la edad.
Si bien la Norma ISO 1999 se refiere con detenimiento a la determinación de LEX, 8h, aquí mencio-naremos solamente que dicho nivel puede obtenerse directamente con un sonómetro integrador en caso de que la duración de la jornada laboral sea de 8 horas, restando 3 dB por cada disminu-ción a la mitad de la jornada o exposición semanal (sobre una base de 5 días por semana). Así, en el caso de un disc jockey que trabaja expuesto a 102 dBA durante 4 horas los días viernes y sábado y durante 2 horas los domingos, dado que está expuesto la cuarta parte del tiempo nomi-nal (10 horas semanales en lugar de 40), debe restarse 3 dB dos veces, obteniéndose un nivel de exposición de 102 - 6 = 96 dBA
Al igual que antes, puede obtenerse la mediana N0,5, ahora en función de la frecuencia, la edad y el nivel de exposición LEX, 8h. NQ no depende del sexo.

Figura 2. Mediana del desplazamiento temporal debido al ruido como función del nivel de exposición LEX, 8h y el tiempo de exposición, para dos frecuencias.
Las curvas anteriores demuestran que las frecuencias cercanas a 4000 Hz son afectadas mucho más rápidamente que las bajas frecuencias. También muestran que a mayor tiempo de exposición mayor el deterioro. Finalmente, se observa que para cada frecuencia existe un nivel de exposición "seguro", es decir que por debajo de él la percepción de dicha frecuencia no se verá afectada (o lo que es lo mismo, el umbral no experimentará desplazamientos). Así, por debajo de 93 dBA, no existen efectos perjudiciales sobre los 500 Hz, pero habrá que descender hasta los 75 dBA para evitar deterioro en la región de los 4000 Hz.
Igual que para el caso de H, la Norma ISO 1999 prosigue describiendo un método de cálculo para determinar los desplazamientos del umbral correspondientes a otros fractiles, que omitiremos. En la práctica es posible recurrir a las tablas consignadas en el Anexo E. A modo de ejemplo, en la Tabla 2 se incluyen los valores correspondientes a las frecuencias 1000 Hz, 2000 Hz y 4000 Hz para exposiciones durante 10 y 40 años y fractiles 0,90, 0,50 y 0,10 cuando LEX, 8h = 90 dBA, es decir la exposición que toleran las reglamentaciones de muchos países, entre ellos la Argentina.
Tabla 2. Desplazamiento del umbral debido al ruido, NQ, en dB, para diversas frecuencias, exposiciones y fractiles, siendo LEX, 8h = 90 dBA.
Frecuencia
[Hz]
Duración de la exposición [años]
10
40
0,90
0,50
0,10
0,90
0,50
0,10
1000
0
0
0
0
0
0
2000
0
2
6
4
6
10
4000
7
11
15
11
15
20
Vemos, por ejemplo, que un 10% de los individuos expuestos durante 40 años a 90 dBA de carác-ter laboral desarrollarán un desplazamiento permanente del umbral de 20 dB o más en la frecuen-cia 4000 Hz (sin tener en cuenta aún el efecto de la edad).
Desplazamiento permanente del umbral debido al ruido y a la edad
Llegamos finalmente a la combinación de los dos efectos: el de la edad y el del ruido. Podría pen-sarse que simplemente se suman, y de hecho es lo que sucede para desplazamientos del umbral pequeños. Para desplazamientos considerables, esta aproximación no es válida y entonces debe aplicarse la fórmula siguiente:

que para un fractil Q dado se convierte en

El término HN/120 tiene en cuenta que para desplazamientos grandes, el efecto ulterior de un agravante (como lo es el ruido) no es tan importante como cuando el desplazamiento es relativa-mente menor.
A manera de ejemplo, supongamos una población de varones de 60 años expuestos laboralmente desde los 20 a 90 dBA. Nos interesa saber cuál es la mediana del desplazamiento y el desplaza-miento correspondiente al fractil 0,1. Considerando que esta población acumulará una exposición de 60 - 20 = 40 años, en el primer caso podemos escribir:

y en el segundo

Es decir, un 50% de los individuos expuestos al régimen citado tendrá una pérdida de alrededor de 40 dB en la frecuencia 4000 Hz, mientras que un 10 % de tales individuos habrán perdido 66 dB.
Comentarios finales
Debemos tener en cuenta que esta Norma no establece un criterio específico en cuanto a acepta-bilidad de un determinado desplazamiento del umbral. En ese sentido, no permite obtener direc-tamente la proporción de individuos afectados ante determinada intensidad y extensión de exposi-ción a ruido, ya que no define qué significa "afectado". Se limita, por consiguiente, a establecer la distribución estadística de los desplazamientos auditivos correspondientes a dicha exposición sin pretender valorarlos.
Existen, desde luego, tales criterios, algunos sostenidos por legislaciones o baremos, otros por sociedades científicas, pero no forman parte de la Norma Internacional ISO 1999, la cual deja ex-plícitamente libertad al usuario para seleccionar el criterio que más le convenga.
Un criterio que goza de bastante aceptación es el que considera hipoacúsico a un individuo que exhibe un desplazamiento del umbral promedio de 25 dB entre las frecuencias 500 Hz, 1000 Hz y 2000 Hz, ya que este criterio concuerda bastante bien con el de hipoacusia funcional respecto a la inteligibilidad de la palabra.
Con este criterio es posible determinar el fractil de la población que puede considerarse hipoacú-sico ante una exposición de características dadas. La diferencia entre los fractiles correspondien-tes al efecto combinado de la edad y el ruido y al efecto sólo de la edad se denomina riesgo de deterioro auditivo debido al ruido.
Referencias
ISO 1999:1990 (E). "Acoustics - Determination of occupational noise exposure and estimation of noise-induced hear-ing impairment". International Organization for Standardization, Genève, Suiza, 1990.
ISO 7029:1984 (E). "Acoustics - Threshold of hearing by air conduction as a function of age and sex for otologically normal persons". International Organization for Standardization, Genève, Suiza, 1984. 



-industrial.frba.utn.edu.ar
-infoleg.mecon.gov.ar
-www.me.gov.ar

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